La
actividad diaria de las empresas puede provocar en sus trabajadores
situaciones de nervios, estrés y ansiedad que repercuten negativamente
en la salud de las propias organizaciones.
Según ADP (Automatic Data Processing), proveedor global líder en
soluciones de Gestión del Capital Humano, el estrés es un riesgo
habitual en el lugar de trabajo, independientemente de la empresa o
sector.
El estrés no es fácil de combatir, y representa un catalizador de
problemas de salud para los empleados, provocando pérdida de
productividad, absentismo laboral, apatía, renuncias y accidentes
laborales.
ADP, que aconseja a los responsables de Recursos Humanos implantar
programas de formación para que los empleados aborden las causas y
consecuencias del estrés, ha presentado 'La Evolución del trabajo', un
informe realizado por el ADP Research Institute que incluye, entre otra
información, un contexto para la comprensión del estrés en el trabajo.
Tras analizar y comprender las conclusiones del informe y las
necesidades que tienen las empresas para hacer frente al estrés laboral,
ADP propone siete estrategias para gestionarlo:
1. Evaluar el estrés. Las empresas conocen los
indicadores clave del estrés, así que deben analizar sus tasas de
absentismo laboral, rotación de personal, indicadores de salud de los
empleados, número de quejas de los trabajadores y tendencias de
productividad. Y también deben estudiar detenidamente los resultados de
las encuestas de satisfacción de sus empleados.
2. Realizar una evaluación de riesgos para la salud (ERS).
Esta evaluación es una herramienta que ayuda a las organizaciones y
empleados a entender factores de riesgo relacionados con la salud, como
el estrés en el lugar de trabajo. Un cuestionario de ERS, por ejemplo,
le preguntaría a un empleado sobre satisfacción y estrés en el trabajo,
así como sus hábitos de ejercicio, alimentación, horas de sueño y otros
factores externos.
3. Empezar por lo fácil. Las estrategias para lidiar
con el estrés no tienen que ser demasiado complicadas. Un buen punto
para empezar es, por ejemplo, una buena comunicación para aclarar (y,
posiblemente, recalibrar) roles y expectativas de los empleados, así
como para reforzar cometidos en la organización.
4. Abordar cuestiones sobre conciliación laboral y familiar. Buena
parte del estrés en el lugar de trabajo se debe a la incapacidad que se
percibe para conciliar adecuadamente vida laboral y familiar. Los
responsables de Recursos Humanos pueden desarrollar estrategias para
abordar este factor de estrés permitiendo una mayor flexibilidad laboral
en forma de teletrabajo, horarios flexibles y facilidades para cuidar a
hijos y personas mayores, así como ofreciendo prestaciones flexibles.
5. Evaluar el ambiente en la oficina. Todos los
empleados están ocupados, y cada vez tienen mayor necesidad de colaborar
en espacios compartidos, pero también es importante proporcionar
espacios que favorezcan la concentración y la reflexión/recarga del
individuo. El lugar de trabajo es importante para la salud y la
productividad, de modo que cualquier evaluación del estrés en el trabajo
debería incluir una revisión del espacio físico.
6. Usar la tecnología para aliviar el estrés. Las
aplicaciones de productividad en la oficina pueden reducir el estrés
laboral, ya que ayudan al empleado a gestionar mejor su tiempo y flujo
de trabajo. Cada vez una mayor variedad de aplicaciones móviles y
herramientas online ofrecen opciones de gestión de productividad y
tiempo, como calendarios, listas de tareas y recordatorios/alertas para
facilitar la organización de los empleados y proporcionar una mayor
sensación de control.
7. Potenciar el Mindfulness. Algunos negocios han
desarrollado programas formativos para empleados en torno al Mindfulness
para promover una reflexión/meditación tranquila que permita gestionar
el estrés.
Fuente: RRHHpress.com
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